Hace unas semanas volvíamos a verle vagando por las calles, borracho y ensangrentado. No es la primera vez que ocurre ni será, me temo, la última. Hay personas que no son capaces de escapar del abismo. Y Paul Gascoigne es una de ellas. Pero hubo una noche en la que un llanto le encumbró a lo más alto. Más incluso de lo que lo hicieron sus regates, goles o pases imposibles. Aquellas lágrimas de ‘Gazza’ en el Mundial de Italia… Por David Acosta.